Las claves de Miao Yin. Personas altamente sensibles

Las claves de Miao Yin para gestionar la impulsividad

 



En la vida se cometen continuamente errores y el problema que aparece es que no siempre podemos borrarlos y seguir como si nada hubiese pasado. De ellos, siempre podemos aprender una lección pero tal vez, si pensásemos un poco antes, nos evitaríamos muchos disgustos.

Cómo gestionar la impulsividad

Muchas personas tienden a sentir impulsividad. Para ellas puede ser un rasgo innato en su personalidad algo que para alcanzar un equilibrio mental deberían intentar mantener a raya, ya que, un exceso de ésta puede producir consecuencias que dificulten su vida en distintos niveles de ámbito  laboral, social y hasta familiar. 

 

¿Contestas a una cuestión antes de que tu interlocutor haya terminado de plantearla?

¿Te cuesta guardar tu turno o esperar en una cola en una situación determinada?

¿Interrumpes conversaciones y hablas en exceso sin permitir que otras personas opinen?

¿Te sientes presionado por estrés y prefieres realizar la acción para acabar lo antes posible?

Si  contestas de forma afirmativa  a la mayoría de estas preguntas probablemente te ayudarán unos ejercicios sencillos con los que sentirás bienestar y controlarás esa energía de forma positiva. Esta práctica te ayudará a moldear tu verdadero Yo para alcanzar el equilibrio y mostrar lo mejor de ti.

Ante este problema puedes tomar dos caminos:

El primero es continuar dejando que este inconveniente te controle por completo y transforme tu vida sin que tu puedas hacer nada por ello ,es decir, dejándote llevar por ella y comprobar los estragos que puede provocar en tu día a día.

Y, el segundo, es tomar partido y aprender a controlar esos impulsos que modificarán esa conducta errónea para sentirte satisfecho con tus próximas acciones. 

Las claves para alcanzar el equilibrio

Si estás leyendo este apartado significa que prefieres el segundo camino y te felicito por ello. Pues para ser feliz tenemos que buscar siempre mejorar como personas y deshacernos de todo lo que nos limita y estropea nuestra forma de ser  tapando lo mejor de cada uno si no procuramos hacer nada para evitarlo.

  • La primera clave  para gestionar la impulsividad es sentirte tranquilo ante esa situación que tienes delante. La calma es esencial para llevar a cabo cualquier acción, ya que te ayuda a analizar cada detalle. La reacción espontánea es la antesala de nuestros impulsos y tenemos que aprender a dominarlos. Tú eres el que manda no tus emociones. Por esa razón silencia  todo aquello que sabes que es  injusto y refleja una conducta no favorable: tensión, reproches, enfado, ansiedad, obcecación, rabia, irritabilidad, prepotencia, orgullo, despecho, pesimismo, apatía, etcétera.

  • La segunda clave es reflexionar antes de realizar una acción. Para ello usa la conciencia plena y notarás como progresarás en tu camino para evitar que la impulsividad gane terreno. Puedes empezar con prácticas sencillas como seguir unos pasos y no saltarte ninguno de ellos. Pensar antes de actuar hace que evitemos muchos errores. Si te concentras en lo que tienes delante y lo que sabes que debes hacer al cien por cien no existirá margen de error. 
  • Hazte preguntas mientras reflexionas sobre esa situación. Por ejemplo: imagina que haciendo la cama te has encontrado que la almohada está muy desgastada por el tiempo de uso y crees que lo mejor es renovarla. Lo primero que has de pensar antes de realizar la compra es tomar la medida para que no sea ni más grande ni tampoco más pequeña. Otro pensamiento que puedes hacer es preguntarte si no habrá por casualidad otra nueva en algún armario que se compró en su momento pero que, al no hacer falta, decidiste guardarla y ahora no te acuerdas de que está en el altillo. La siguiente reflexión puede basarse en la comparación de los precios para conseguir una nueva almohada de la mejor calidad y al mejor precio y, por último, puedes explicarle a tu pareja lo sucedido y puede que ella te pida que compres otra más pues la suya tampoco está del todo bien, por lo que ampliarás la compra y mejorarás el descanso de ambos. ¿Has visto que a base de reflexionar puedes alcanzar la mejor opción a la hora de realizar una acción por sencilla que parezca? Pues así es con todo. Una vez te acostumbres a tomar este hábito lograrás sentirte todavía más satisfecho por seguir tus propios pasos y no aquellos que realizas por dejarte llevar por las prisas, el estrés o la fatídica impulsividad.
  • Cuando hables con alguien de un tema en concreto, intenta no interrumpir en su turno pues es importante que escuches lo que tiene que decir ya que puede aportar información importante para ti y aprendas algo nuevo y relevante. Respetar a tu interlocutor es esencial para adquirir más conocimiento y mostrar que eres educado e inteligente a la vez. De lo contrario, disminuirá su interés hacia ti y no continuará prestando atención a lo que tengas que transmitir.  Seguro que podrás explicar todo lo que deseas con calma y llegaréis a un buen entendimiento. Imagina que cada vez que deseas decir algo no te lo permitiesen ¿cómo te sentirías? ¿Frustrado, verdad? Pues la impulsividad hace que actúes así, provoca que no seas tolerante con los demás y te acaba aislando sin que te des cuenta. Cuando las personas que te rodean se den cuenta de que te esfuerzas por no interrumpirlas te lo agradecerán y se sentirán más felices a tu lado.
  • No te precipites. Las prisas lo fastidian todo. Puedes ser más resolutivo tomando una decisión acertada que reaccionando de forma desmedida. Si surge un problema activa tu mente de modo efectivo y no te dejes llevar por la irritabilidad, ya que sentir tensión y agresividad no lo va a solucionar. 
  • Trabaja cada día tus nuevos hábitos. Busca ser efectivo y para ello has de eliminar esa ansiedad que produce la impulsividad por no alcanzar lo que ella desea en ese momento en concreto. Todo requiere un tiempo y un esfuerzo determinado. En eso se basa el aprendizaje y por esa razón has de mantener la calma y realizar cada paso con orden y de manera disciplinada. Si llevas una vida desordenada, tu mismo acabarás sufriendo las consecuencias de esa negligencia. 

  • Siéntete satisfecho cuando notes o noten que estás mejorando y dejando atrás todo lo que antes te hacía sentir mal. Tu sacrificio merecerá la pena si lo consigues. Pero para lograr este paso debes aceptar el reto y cumplirlo. Pon toda tu energía y comprueba por ti mismo que es cuestión de iniciativa y disfruta más tarde de los beneficios que te aportará seguir por este camino de la verdad.

Espero poder ayudarte y que te sientas mejor. 


Cree en ti mismo.


Imágenes: mohamed-hassan. Pixabay.com



 

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